Mariánské Lázně, el Spa barroco de la República Checa.
- Jesús Valdés
- 14 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Paseando por el corazón de Mariánské Lázně, tiene la sensación de trasladarse por arte de magia cien años atrás. Establecimientos balnearios pomposos alternan con parques florecidos en los que descansan sentados los huéspedes del balneario, sorbiendo de sus tazas el agua de alguno de los legendarios manantiales locales. Conozca también la historia de esta ciudad que en la época de su mayor auge daba la bienvenida a los estadistas y artistas más importantes y que, hasta hoy, se cuenta entre las ciudades balnearios más hermosas de Europa.
Es difícil imaginarse que hace dos siglos, la región era todavía un simple valle con bosques impenetrables y ciénagas con aguas borboteando. Sin embargo, cuando Johann Josef Nehr, médico del cercano monasterio de Teplá, descubrió los beneficios únicos que tenían los manantiales locales para la salud humana, un desarrollo turbulento del balneario no se hizo esperar mucho. Pasaron unos años y ya se daban cita aquí personalidades como Chopin, Strauss, Goethe, Kafka, Freud, Kipling, Edison, Twain o el rey británico Eduardo VII.Cincuenta manantiales para su salud Alrededor de 160 manantiales emergen en las cercanías del balneario, en laciudad misma de Mariánské Lázně encontrará más de cincuenta manantiales minerales fríos que curan con éxito enfermedades del riñón y de las vías urinarias, afecciones nerviosas, digestivasy respiratorias, así como afecciones de la piel y del aparato locomotor. Sin embargo, puede disfrutar de su estancia en el balneario también en el caso de que no padezca de ninguna dolencia. En la mayoría de los sanatorios puede dejarse mimar perfectamente por tratamientos de bienestar originales que relajarán al máximo su cuerpo y mente. Mariánské Lázně se caracteriza, sobre todo por hermosos parques, gracias a los cuales figura entre las ciudades jardín más bellas de Europa. Puede pasear aquí sin ser molestado por nada, observar el agua chorreante de numerosas fuentes y manantiales, aspirar el olor de flores y árboles florecidos o pasar un rato agradable tomando café y catando las excelentes obleas balnearias.
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